
¿Qué cosas nos dan tiricia?
La tiricia o dentera es una sensación desagradable en los dientes y encías que sientes y que genera rechazo involuntario en el organismo; se trata de una reacción ante un estímulo negativo de cualquier tipo.
Las cosas, hábitos y acciones que más tiricia producen
El ruido de una tiza contra la pizarra, el de una tapa arrastrándose por el mármol, la sensación de pasar los dientes por una toalla o un tenedor arañando el plato son algunos hechos que puedes vivenciar y que te llevan a sentir un importante repudio.
Concretamente la tiricia es un mecanismo muy arcaico dentro del funcionamiento y desarrollo del cerebro que activa y evidencia incluso los mecanismos de alerta. La consecuencia de esto es la aceleración de la frecuencia cardíaca y a veces, ponerte la piel de gallina.
Al mismo tiempo, lo más notorio para otras personas es tu reacción de cerrar los ojos, fruncir tu cara y hasta querer taparse los oídos mientras transcurra el desagradable momento.
La realidad es que aún no existe una teoría muy definitiva acerca del origen de la dentera, pero sí está comprobado que dichas reacciones son parte y consecuencia del sistema nervioso autónomo o vegetativo, que es el encargado de controlar las reacciones involuntarias.
Estudios sobre la tiricia
No obstante, la Universidad de Newcastle se dedicó a estudiar este tema y llegó a la conclusión, a través de un informe, de que el sonido que escuchas es procesado por la corteza auditiva y la amígdala, que involucra a las emociones vividas de forma constante.
Ante esto si das cuenta de tus emociones negativas y el sonido (sobre todo los más agudos) resultarán muy molestos y en consecuencia, la mencionada reacción en los ojos, en la piel y los movimientos automáticos en rechazo.
A su vez se suma a la cuestión de la tiricia la sensibilidad de cada individuo ya que, si bien el rechazo es un acto que tendrás en común con todos los que estén cerca de ti, en algunos será mayor (y peor) que en otros. También puede ser una cuestión de acostumbrarse.
De todos modos, si te encuentras muy relajado la sensación y reacción suele ser mucho más alarmante que en situaciones de alto nivel de estrés y concentración. Por ejemplo, si estás enfocado en un trabajo quizás hasta ni siquiera escuches el ruido.
Hay quienes sostienen que la sensación de tiricia es producto de nuestros ancestros ya que entre los animales es muy frecuente emitir sonidos agudos y estridentes como señal de peligro. Estos resultan dolorosos para tu oído porque contienen una elevada oscilación de ondas por segundo.
Por ejemplo, la voz de alarma del macaco es muy parecida a los sonidos que producen la dentera. Además, se dice que los homínidos prehistóricos también hacían sonidos agudos como alerta. En tanto los monos, de quienes se supone desciendes, son muy humanos.
Personas inmunes a la tiricia
La gran incógnita es si existe alguien que sea ajeno a la tiricia o dentera. La respuesta es no debido a que es una sensación gestionada por el propio sistema nervioso autónomo, que es algo que poseen todos los individuos.
Es como si hubiese una persona a la que la sangre no le circula por las venas o no les llega aire a sus pulmones dado que procesa todo distinto. Lo mismo ocurre con el sistema nervioso; es algo que está presente en todos al igual que la sensibilidad.
Como si fuese poco puedes contraer tiricia debido a un desfase que mantuviste entre tu expectativa de algo y la realidad; por ejemplo, te imaginaste que un trapo sobre algo húmedo un pequeño ruido y este resultó un chillido insoportable que te sorprendió mucho.
Así, hay hábitos o acciones involuntarias que generan un importante rechazo en tu cabeza, en tu cuerpo y en tu piel que, muy a tu pesar, no puedes cambiar ni tampoco adaptarte a ellos.
Tipos de tiricia
El roce de la tiza o las uñas con la pizarra, limar las uñas, tocar objetos blandos o húmedos de una determinada manera, el clásico tenedor cuando por intentar cortar algo rayas el plato de cristal, el sonido al lavar platos, el huevo rompiéndose, el roce entre dos telas, dos corchos o diferentes elementos, morder un hielo, chupar el palo de madera de un polo, chupar un hielo, un limón o un metal, las paredes de piscinas, zapatos que rechinan, morder o rasgar con los dientes y arrastrar un elemento pesado por el suelo, entre otros, son los que más sueles frecuentar a diario en diversos ambientes.
Cabe destacar que hay otros menores como el sonido de las ruedas de un coche girando sobre un suelo de goma con todo el peso del mismo y en medio de un estacionamiento techado donde el sonido retumba. También el ultrasonido, que es algo más bien molesto que no te produce reacciones, pero sí un deseo de apagarlo o huir de él.
Y como en casi todo lo malo, siempre hay alguien a quien le sirve dar tiricia. Tal es el caso de algunos profesores cuando observan que sus alumnos están dormidos; les hace de manera intencional un ruido de ese tipo (la tiza en la pizarra el más frecuente) y todos reaccionan ante dicho estímulo.
La tiricia o dentera es un problema humano del que nadie está ajeno. Es por ello que lo mejor que puedes hacer es evitarlo cuando depende de ti y mantenerte alejado de los individuos malintencionados que lo quieran ejercitar.

